Suena sencillo, pero que levante la mano todo aquel que planifica días antes qué espacios del hogar limpiará y cuánto le tomará. Este paso es súper importante porque nos permite tener un control adecuado de cuántos productos de limpieza nos quedan en casa y cuántos otros debemos comprar. Además, si uno no se organiza bien, la limpieza planeada puede no quedar como uno espera. Y nadie quiere limpiar dos veces. Así que toma nota de todos los productos de limpieza que tienes y cuáles te faltan. Adquiere días antes estos productos y planifica tu día de limpieza. Recuerda hacerlo de adentro hacia afuera para limpiar los aires y renovar las energías de tu hogar.
El polvo es el eterno enemigo que siempre aparece y ¡en los espacios menos esperados! ¿Cómo? Pues la temporada de verano es una invitación a tener puertas y ventanas abiertas, por ende, estamos expuestos a los vientos de afuera que llegan con mucho polvo. Una forma de eliminarlo es teniendo cerca una aspiradora y aspirar todo el polvo que encontremos en casa. Hazlo en todos los espacios: repisas, alfombras, cortinas, debajo de las mesas y más. Luego, podrás limpiar con trapo húmedo aquellos espacios para eliminar todo rastro de suciedad.
La temporada de verano no solo llega con mucho polvo, ¡también con mosquitos! Y es normal que estos insectos se acumulen en la cocina porque almacenamos la comida y la fruta; además de tener el tacho con residuos sólidos a la mano. Por ello, recuerda tener todos los alimentos cubiertos y lejos de cualquier intruso que pueda entrar por la ventana.
También, recuerda limpiar los pisos, techos y ventanas semanalmente, pues no querrás que la suciedad se acumule al igual que la grasa que se genera en la cocina con cada comida que se realiza.