Es importante llevar un correcto lavado de pies. Para ello, usa agua tibia y jabón suave todos los días. Asegúrate de secar bien tus pies, en especial la parte de los dedos, para prevenir la acumulación de humedad y evitar infecciones por hongos.
Es necesario aplicar una crema hidratante o aceite en tus pies luego del baño. Esto ayudará a mantener la piel suave y prevenir cualquier signo de sequedad y grietas.
Corta las uñas de tus pies de forma recta y no demasiado cortas para evitar posibles problemas como las uñas encarnadas. Evita cortarlas en exceso en las esquinas para prevenir dolores. ¡Esto es muy importante! Pues un mal corte puede ser perjudicial.
Evita comprar tallas más grandes o más pequeñas. Siempre usa el calzado adecuado que te sea cómodo y se ajuste bien a tu pie. Evita los tacones muy altos porque puede causar problemas en los pies y la postura.
Siempre es mejor prevenir que lamentar. Por eso, examina tus pies regularmente en busca de signos de problemas como cortes, ampollas, irritaciones o cambios en la piel y las uñas. Si notas algo inusual o que te mantenga alerta, consulta con un especialista y cuida tus pies.